- ¡¡QUE NO OS ACERQUÉIS, JODER!!
Aunque Atobe gritase hasta desgarrarse la garganta, sólo con aquella mirada furiosa era suficiente para que el corrillo se deshiciera.
Jiroh, como siempre, yacía tumbado en las gradas que había junto a las pistas de entrenamiento. Sin embargo, su rostro pálido denotaba que, de manera contraria a lo que
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